MASACRE EN TEXAS

Una de las películas mas sangrientas y terroríficas que e visto en mi corta vida hasta ahora es demasiado intensa combinando masacres y terror familiar también hay bastantes desmembramientos lo que la hace una película no apta para personas a las que no les gusta la sangre o que tienen un estomago flojo ademas el hecho de que esta basada en hechos reales le agrega un poco de terror extra por decir algo

sigue la típica historia de terror un grupo de jóvenes se encuentra con un maniático lo que le quita un poco de creatividad pero al final termina siendo una buena pelicula

Eso

«You’ll float too»


Varios niños de una pequeña ciudad del estado de Maine se alían para combatir a una entidad diabólica que adopta la forma de un payaso y desde hace mucho tiempo emerge cada 27 años para saciarse de sangre infantil.

LA MONJA

Cuando una joven monja se quita la vida en un aislado monasterio de clausura en Rumanía, el Padre Burke (Demián Bichir), un sacerdote con un pasado vinculado a los encantamientos que le persigue, es enviado por el Vaticano para investigar este suicidio junto a una novicia (Taissa Farmiga) a punto de tomar sus votos. Juntos investigarán el impío secreto de la orden y se enfrentarán a la entidad demoníaca Valak con la forma de la misma monja que anteriormente ya horrorizó a la audiencia en Expediente Warren: El Caso Enfield (2016), mientras arriesgan su propia vida, su fe y hasta su alma en esta abadía ahora convertida en un campo de batalla entre vivos y condenados.

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La noche del demonio

» Anoche me vi dormir y salí volando. «

Después de que un niño cae inexplicablemente en estado de coma, fenómenos espeluznantes se suceden ante la impotencia de sus padres, que recurren a una médium para descifrar el misterio.

Dalton es un niño normal que, una mañana cualquiera, sin motivo aparente, amanece en estado de coma. Sus padres Josh y Renai Lambert (Patrick Wilson y Rose Byrne) lo llevan de inmediato al hospital, donde les informan que el estado de Dalton no tiene explicación médica.

ELM STREET

Versión contemporánea del clásico del cine de terror. Un grupo de adolescentes de los suburbios empiezan a ser perseguidos por Freddy Krueger, un asesino de aspecto terrible y con el rostro quemado que trata de acabar con ellos mientras duermen. Necesitan, pues, permanecer despiertos para protegerse mutuamente. Pero, si duermen, no hay escapatoria.

Los críticos comparten un mismo ranking de fobias. En el tercer lugar de su lista negra nos encontramos con las secuelas. A mayor número de entregas, peor tiene que ser la calidad de la saga, siempre y cuando no venga un director de renombre que la revitalice (léase el caso de Batman, por ejemplo). En segunda posición se mantienen desde hace tiempo las comedias románticas. Jamás superarán las tres estrellas, a no ser que Anne Igartiburu se convierta de la noche a la mañana en colaboradora de la Fotogramas. Y en el primer puesto, a larga distancia de las demás, se encuentra el género más denostado por el sector intelectual, el que nunca logrará superar a la obra original, condenado a ser siempre un producto innecesario. Sí, hablamos del remake, de la reposición, del refrito.

¿Algún crítico albergaba esperanzas sobre la Psicosis de Gus van Sant o sobre El planeta de los simios de Burton? ¿Alguno pronostica que El equipo A será mejor que la mítica serie ochentera? Está claro que no. De la misma forma, con idéntica predisposición, todos esperaban con sus bolígrafos en alto la llegada del nuevo Freddy Krueger y, como no podía ser de otra forma, las reacciones no han sorprendido a nadie. “Filme innecesario”, “cuenta lo mismo que el título original de Wes Craven pero sin elegancia”, “No hay novedades”.

EL EXORCISTA

El género de terror es uno de los más populares entre el público y seguramente también el que reciba un mayor desprecio por parte de los grandes entendidos. Su tendencia a repetir mil veces la misma fórmula con desafortunados resultados es una de sus mayores lacras. Cierto que ocasionalmente surge alguna cinta de corte más tradicional perfectamente disfrutable, pero a la hora de la verdad todos nos acordamos de las – que al menos creemos- grandes pioneras como referencia. ‘El exorcista’ (‘The Exorcist’, William Friedkin, 1973) es una de las películas fijas cuando se habla de las mejores películas de terror de la historia, tanto por su función como génesis del cada vez más ingrato cine de exorcismos como por sus méritos artísticos.

He de reconocer que ya había visto dos veces ‘El exorcista’ con anterioridad al visionado ex profeso para hacer esta crítica a la carta con desigual resultado. La primera me tuvo en tensión durante casi todo el metraje, en especial en su tramo final, pero la segunda, acompañada de varios amigos, acabé riéndome la mayor parte del tiempo. Sin embargo, hace más de 10 años de ese último visionado, por lo que la oportunidad que me habrás brindado de volver a verla ha servido para desempatar. ¿El resultado? Mucho más cercano a mi primera impresión que a la segunda.

friday the 13

Varios jóvenes pasan sus vacaciones en un campamento de verano, reabierto recientemente y en el que unos años antes murió un joven ahogado en el lago. En poco tiempo, algunos de ellos son encontrados sin vida.

A finales de la década de los 70 el cine de horror experimentaba una fuerte sacudida en Estados Unidos. A partir de entonces las cosas no serían iguales


Una producción de bajo presupuesto y corte independiente surgía en 1980; en el guión de Victor Miller un grupo de jóvenes es asesinado en un campamento. La cinta se llamaba Viernes 13
estaba dirigida por Sean S. Cunningham y anunciaba la llegada de una de las franquicias de horror más duraderas en la historia del género. Un joven Kevin Bacon era parte de este grupo de jóvenes que sufrían a manos de una mujer que buscaba vengar la muerte de su pequeño hijo, ahogado en el lago del campamento ante el descuido de los supervisores. El éxito fue rotundo y las secuelas convirtieron al hijo de la antagonista de la primera cinta en el villano titular.

crimson peak

Guillermo del Toro y su última obra ‘La cumbre escarlata’ (‘Crimson Peak’, 2015). Si bien uno es un director al que podemos calificar de genio, un fabulador extraordinario que conoce, al dedillo, los entresijos de la narración cinematográfica

Sin embargo con la presente, y a pesar de que referencias tiene prácticamente en cada plano, el director mexicano —al que le encantan las historias de fantasmas, puesto que parece creer en ellos— ha logrado fusionarlas con sus inquietudes personales, logrando un producto que tiene alma propia, por así decirlo.

Una clásica historia, llena de fantasmas, secretos, sangre y una casa fascinante, que casi parece otro personaje más, siguiendo la tradición de varios títulos conocidos, convertida en una maravillosa orgía fantasmagórica, con la que Del Toro realiza su mejor carta de amor al cine


“Los fantasmas son reales” es la frase con la que da comienzo ‘La cumbre escarlata’. Toda una declaración de intenciones por parte de Guillermo del Toro, que logra, de lejos, su mejor puesta en escena, demostrando una de las grandes verdades del arte, la forma es el fondo. Lo segundo no hay que buscarlo —en caso de que alguien cometa el error de separar ambos elementos, que es muy libre— en la historia de un matrimonio por interés, una hermana celosa, fantasmas que se aparecen a la protagonista o héroes descafeinados. Todo el interés del relato está en esa impresionante casa, que al igual que la residencia de los Usher, representa la decadencia de un tiempo y unos dueños anclados que luchan a su manera por un futuro.